LOS CONSUMIDORES DE DROGAS SABEN LO QUE COMPRAN PERO NO LO QUE CONSUMEN



Blog de Ana bastida noticias interesantes.

Referencia de la noticia:





Muchos de los accidentes o efectos psicológicos y fisiológicos indeseables que se dan actualmente entre los jóvenes y no tan jóvenes se deben al consumo abusivo de drogas ilegales mezcladas con alcohol. Está más que demostrado que consumir alguna droga tanto de forma individual como asociada a otras drogas tiene efectos imprevisibles y dispares pero si en ambos casos se unen con alcohol aumentan inevitable y considerablemente los riesgos a los que se enfrentan los consumidores, incluido el peligro de muerte.

Actualmente, la mayoría de los ingresos psiquiátricos se deben al consumo de drogas. Cada vez es mayor el número de personas que sufren brotes psicóticos serios, en los que los delirios, las paranoias, las alucinaciones, los intentos de suicidio... son parte fundamental del cuadro. También comienza a ser muy normal, encontrarnos con accidentes de tráfico mortales en los que las drogas juegan un papel importante. Lo mismo podemos decir de las violaciones, las riñas, los homicidios, el abandono familiar, laboral... Cada vez son más los arrestos policiales por faltas o delitos graves como pueden ser los asesinatos, tanto dentro como fuera del núcleo familiar, en los que las drogas se encuentran presentes.

También es muy normal encontrarnos, por parte de los consumidores, con un gran desconocimiento de lo que puede implicar no sólo el consumo sino también la mezcla de drogas. La mayoría están totalmente convencidos de que consumen un concreto tipo de droga pero se llevan una gran sorpresa al encontrar, a través de la analítica realizada, sustancias que para ellos son realmente desconocidas pero que son un resultado de las múltiples mezclas que se han ido produciendo, a lo largo del proceso, hasta llegar finalmente al último consumidor. Es el porcentaje siempre variable de la adulteración, desde que se elabora hasta que llega al consumidor tras haber pasado por múltiples manos, lo que convierte una droga de partida en algo que no se sabe qué es ni qué consecuencias puede tener para la persona que finalmente la termina consumiendo.

Cuanto más sepamos, respecto a las drogas, en mejores condiciones nos encontraremos a la hora de tomar decisiones y poder enfrentarnos a un problema que de no resolverlo, cuanto antes, nos puede costar la destrucción personal, familiar e incluso la vida.

El Instituto para el Estudio de las Adiciones aporta una información muy útil, muy clara y muy concisa no sólo sobre las adicciones y los tipos de sustancias más habituales sino que nos permite aclarar muchas ideas relacionadas con los efectos y los riesgos que dichas sustancias pueden tener para el organismo.



-->

PARA DEJAR DE FUMAR SÓLO HAY QUE INTENTARLO


Blog de Ana bastida artículos interesantes.

Referencia de la noticia:






Publicado en: Psicologia-online.com
Fecha: Diciembre 2012
Autora: Ana Mª Bastida de Miguel


PARA DEJAR DE FUMAR SÓLO HAY QUE INTENTARLO

DEJAR DE FUMAR, SÍ SE PUEDE, SÓLO HAY QUE INTENTARLO

Fumar es un hábito que se adquiere no sólo por la dependencia física que genera la nicotina, sino también por una dependencia psicológica adquirida con cada uno de los cigarrillos fumados, con cada una de las caladas dadas ante situaciones de lo más variadas y diversas. Cuando fumamos estamos introduciendo en nuestro organismo una serie de sustancias que, debido a sus características, provocan sensaciones que resultan más o menos placenteras a corto plazo pero, que inevitablemente, conllevan unas consecuencias a medio y largo plazo muy perjudiciales para la salud.

Índice
Qué contienen los cigarrillos........................................................................ 6
Cómo te conviertes en fumador, sin apenas darte cuenta.............................. 7
Dependencia física y Dependencia psicológica: las dos razones que explican la dificultad para dejar el tabaco  8
Intentarlo supone tomar un camino que te puede conducir al éxito................ 11
1)  Te gustaría saber cuántos cigarrillos has encendido a lo largo de tu vida 12
2)  Te gustaría saber cuántas caladas has dado a lo largo de tu vida.......... 13
3)  Te gustaría saber cuánto dinero podrías ahorrar................................... 14
Motivos para dejar de fumar...................................................................... 15
Veamos algunos recursos que pueden ayudarte a dejar el tabaco................. 22
1)  Hoja de registro de la primera semana................................................. 23
2)  Hoja de registro de cigarrillos consumidos........................................... 24
Cómo enfrentar los primeros días sin fumar................................................ 26
Algunos recursos que también pueden ayudarte a dejar de fumar................. 28
Factores importantes que debemos tener en cuenta.................................... 36
Cuándo comenzaré a notar algún beneficio................................................. 40
Recaer no es fracasar............................................................................... 41
Reflexiones y preguntas frecuentes............................................................ 43
Valorar y no sucumbir a las ¡Fantasías del “Yo Controlo”!............................ 50
Nunca debes olvidar:................................................................................ 52
Y por último decir:.................................................................................... 53
Bibliografía............................................................................................... 54
Páginas WEB donde podemos obtener más información.............................. 55


AGRADECIMIENTOS 

Quiero dar las gracias a todos y cada uno de los miembros de mi familia pero especialmente a mis padres (en estos momentos fallecidos, pero que en caso de no haber sucedido, actualmente podrían sentirse muy orgullosos ante su pueblo y ante sus amigos, especialmente mi madre, por la labor que su hija está realizando en su pueblo natal), a mi marido y a mi hijo pues me han permitido superar las dificultades que se nos presentaron por el camino y llegar, con su ayuda, hasta donde actualmente me encuentro. Éste es un momento de mi vida donde quisiera nombrar a todas las personas que me han permitido realizar este sueño, dedicado a sacar adelante unos proyectos que han ido surgiendo y han sido afrontados con mucho esfuerzo y trabajo, proyectos por los que he luchado y sigo luchando, a pesar de los contratiempos que a lo largo de mi vida han ido ocurriendo, por todo ello sólo me queda decir: gracias y mil gracias a todos.



Introducción
Fumar es un hábito que se adquiere no sólo por la dependencia física que genera la nicotina, sino también por una dependencia psicológica adquirida con cada uno de los cigarrillos fumados, con cada una de las caladas dadas ante situaciones de lo más variadas y diversas. Cuando fumamos estamos introduciendo en nuestro organismo una serie de sustancias que, debido a sus características, provocan sensaciones que resultan más o menos placenteras a corto plazo pero, que inevitablemente, conllevan unas consecuencias a medio y largo plazo muy perjudiciales para la salud.
El tabaco está socialmente aceptado pero esto no implica que no sea un producto altamente tóxico, adictivo y, como tal, una droga. Contiene, entre otras muchas sustancias peligrosas para la salud, “nicotina” que es una sustancia muy adictiva y muy tóxica. Esta sustancia fumada en forma de cigarrillos, se absorbe a través del árbol bronquial y los alvéolos pulmonares y en menos de 10 segundos atraviesa la barrera hematoencefálica llegando rápida y directamente al cerebro, por este motivo la administración por esta vía es tan eficaz y tan rápida como si se administrara por vía intravenosa. La nicotina es un estimulante muy potente del Sistema Nervioso Central y del Sistema Nervioso Periférico, eso explica su gran potencial adictivo, su rapidez de acción y su poder reforzante, siendo la nicotina la responsable de que el consumo de tabaco se convierta en una drogodependencia y como tal condiciona el que mucha gente que prueba los cigarrillos se “enganche” y le resulte tan difícil dejarlo a pesar de los daños que pueda ocasionarle.
El tabaco constituye un grave problema para la salud pública y actualmente nos enfrentamos a una auténtica epidemia en términos de salud. Cada vez nos encontramos con mayor incremento de fumadores. El consumo en muchas ocasiones se inicia en la niñez o en la adolescencia y abarca hasta la juventud y la edad adulta, que es cuando definitivamente se consolida la adicción y la dependencia a la nicotina. La nicotina cumple un gran número de funciones a corto plazo pues aparentemente permite manejar estados de ánimo negativos, reducir el estrés o la ansiedad, afrontar mejor diversas situaciones…, pero a largo plazo la evidencia muestra que el 50% de las personas que fuman van a sufrir serias enfermedades e incluso van a morir a causa del tabaco.
Nuestro organismo conforme se va habituando a esta sustancia (al igual que cualquier otro tipo de droga) se va produciendo “tolerancia” de tal forma que requiere unos niveles mínimos de concentración en sangre para poder seguir "disfrutando de sus efectos” y evitar el “síndrome de abstinencia” que puede producirse por la falta de nicotina. Cuando este nivel disminuye aparece la necesidad de fumar para "conseguir" la cantidad necesaria de esa sustancia, que el organismo demanda para poder funcionar al mismo ritmo que le marcaba la nicotina. La necesidad de esos niveles mínimos, que cada vez irán siendo mayores, supone una auténtica “dependencia física”, esta dependencia física es la que va a generar toda la sintomatología que se produce cuando se intenta abandonar el consumo. Además de esta dependencia física también se produce una gran “dependencia psicológica” debido al condicionamiento producido por las muchas repeticiones y asociaciones acontecidas ante cada una de las situaciones en las que continuamente se realiza el acto de fumar. Son miles de repeticiones y asociaciones las que se producen ante las más diversas situaciones, de tal forma que terminamos por no saber estar ante ellas sin tener un cigarrillo en la mano. ¡El cerebro aprende por repetición y si, como ocurre en este caso, se da dependencia física y psicológica el aprendizaje aún es mayor!


¡PARA DEJAR DE FUMAR SÓLO HAY QUE INTENTARLO Y
SI OTROS YA LO HAN LOGRADO TÚ TAMBIÉN PODRÁS CONSEGUIRLO!

Qué contienen los cigarrillos

Un cigarrillo contiene cerca de 4.000 productos químicos, algunos de ellos altamente perjudiciales para la salud ya que por lo menos 43 de los productos químicos causan cáncer u otras muchas enfermedades.
Algunos de los peores productos, por orden alfabético, son:
1)   Acetona: un disolvente tóxico
2)   Acroleína: un potente irritante bronquial y causante de enfisema pulmonar…
3)   Alquitranes: utilizados para asfaltar carreteras y calles… 
4)   Amoniaco: utilizado en productos de limpieza de suelos, en productos para limpiar cristales, en tintes para el pelo…  
5)   Arsénico: veneno mortal muy potente, utilizado en veneno para ratas… 
6)   Butano: líquido de los encendedores, cocinas de butano, producto para calefacción… 
7)   Cadmio y níquel: utilizado en las baterías… 
8)   Cianuro de Hidrógeno: veneno mortal utilizado en las cámaras de gas. Utilizado también como raticida… 
9)   Cloruro de vinilo: discos de vinilo… 
10)  Creosota: componente del alquitrán…  
11) Formaldehído: utilizado para preservar (conservar en perfectas condiciones) los tejidos del cuerpo, conservante orgánico usado en laboratorios forenses y anatomía patológica… 
12)  Metanol: un componente de la gasolina de los cohetes. Utilizado como combustible de misiles… 
13) Monóxido de Carbono: parte de los desechos tóxicos de los automóviles. Mortal en espacios cerrados cuando hay una combustión deficiente (calderas, estufas, braseros...) 
14)  Nicotina: un veneno mortal y altamente adictivo.  
15)  Polonio 210: elemento radioactivo. 
16)  Tolueno: disolvente tóxico 
17) Uretano: utilizado para embalajes…

Es importante conocer y tomar conciencia de todo ello pues nos encontramos ante un ¡serio problema de salud!. De ahí que nos planteemos la pregunta de:
¿Quién consume a quién?


¡Cada vez que tú inhalas humo de un cigarrillo,
pequeñas cantidades de estos productos químicos van,
a través de tus pulmones,
directamente a tu sangre la cual viaja por todo tu organismo alimentando a todas las células de tu cuerpo, incluido tu cerebro!

Cómo te conviertes en fumador, sin apenas darte cuenta

Casi todos los fumadores han comenzado antes de los 18 años. Cada vez nos encontramos con más niños que comienzan a probar sus primeros cigarrillos en edades muy tempranas, aunque lo normal es que el inicio se dé en la adolescencia (etapa de cambios y descubrimientos de nuevas experiencias). Los primeros cigarrillos suelen ser desagradables pues producen mal sabor de boca, tos, náuseas, mareo… pero poco a poco y conforme se sigue experimentando se irá produciendo tolerancia y dependencia a la nicotina pasando de fumar de vez en cuando (como si de un juego se tratara) a consumir diariamente y terminar convirtiéndote en fumador empedernido. Hay mucha publicidad en contra pero también la hay muy sutil y encaminada al consumo, sobre todo para que los jóvenes lo prueben, lo experimenten en las fiestas, en los botellones, en las juergas o en la necesidad de sentirse interesantes y mayores... Sin apenas darte cuenta irás fumando cada vez más hasta terminar no pudiendo controlar el consumo.
La mayoría de los consumidores relatan lo mismo: al principio se prueba, se fuma casi por tontería, porque mis amigos lo hacen, porque tengo un día triste, porque he tenido un disgusto, porque he reñido con alguien, por imitar a mis padres o amigos, para no ser diferente, para ligar… Son muchas las situaciones que pueden condicionarte a comenzar, pero ¡OJO! ¡Son muchos los inconvenientes que aporta el tabaco!. El tabaco además de ser perjudicial para la salud entorpece los procesos cognitivos y aunque aparentemente te relaje, una vez dependas de él, todo se volverá en tu contra, la relajación durará muy poco y la ansiedad por consumirlo te ocupará la mayor parte del día y de la noche. ¡Mientras tú estés despierto el tabaco será el centro de tu atención!
Mientras eres joven no te das cuenta de los trastornos que acompañan al tabaco, pero con el paso de los años la mayor parte de las funciones fisiológicas van sufriendo un deterioro lógico debido a la edad y este deterioro aumenta considerablemente con el consumo. En general, casi todos los fumadores son conscientes de que fuman por adicción, muchos querrían fumar menos y poder controlar el nº de cigarrillos consumidos pero tras muchos intentos terminan comprobando que esto les resulta muy difícil e incluso imposible. En muchas ocasiones los que han intentado dejarlo vuelven a caer y una vez que han caído no sólo recuperan los cigarrillos no fumados sino que terminan fumando mucho más que antes de intentarlo. ¡Mientras hay adicción no hay posibilidad de control! ¡Cuando hay adicción es mucho más difícil fumar menos que dejarlo definitivamente!

Dependencia física y Dependencia psicológica: las dos razones que explican la dificultad para dejar el tabaco

La gran dificultad para dejar el tabaco viene determinada por la dependencia que se genera tanto a nivel físico como a nivel psicológico
1)    Dependencia física: La nicotina es la gran responsable de la dependencia. Ya hemos comentado anteriormente que el tabaco engancha debido a que la nicotina es una droga con alto poder adictivo:
·    El tabaco además de ser un producto muy peligroso para la salud, debido a los más de 4.000 productos químicos que contiene, es una droga con gran poder adictivo cuyo consumo genera una importante dependencia física.
·   Con el “uso” del tabaco, a través de los primeros consumos esporádicos, tu organismo va adaptándose poco a poco a los niveles de nicotina y con ello se va produciendo la “tolerancia” (cada vez necesitarás más para conseguir el mismo efecto). Al tener que consumir más para conseguir los mismos efectos se va dando el “abuso” y con ello la “dependencia física” (el organismo depende de la nicotina para no manifestar síntomas desagradables y poder funcionar con normalidad).
·  En cuanto se priva al organismo de los niveles de nicotina a los que está acostumbrado se presenta el “síndrome de abstinencia” (se produce toda la sintomatología física desagradable que el organismo experimenta cada vez que intentas dejar el tabaco, debido a la necesidad imperativa de la sustancia adictiva y en este caso la “nicotina”). ¡Ya no puedes estar sin tabaco pues tu organismo depende de él!
2)    Dependencia psicológica: Cada vez que fumas un cigarrillo estás reforzando el poder adictivo de la nicotina y con ello la repetición del acto de fumar. El comportamiento se repite miles de veces, mediante miles de caladas y ante situaciones de los más diversas. Con la repetición se va produciendo un condicionamiento tan potente, que cualquier situación en la que te encuentras te demanda el cigarrillo, y así sucesivamente, hasta no poder vivir sin fumar cada muy poco tiempo.
·   Más adelante podrás comprobar tanto el nº de cigarrillos que has consumido durante los años que llevas fumando como el nº de caladas que has dado, eso te dará una idea del porqué el gesto de fumar se ha convertido en un hábito, tan condicionado, tan inconsciente y tan asociado a muchas de las actividades que realizas diariamente y sin apenas darte cuenta. ¡Lo anormal termina siendo no fumar!
·    Es así como poco a poco se va generando la dependencia psicológica. Cada una de las actividades realizadas en el día a día, asociadas con el gesto de fumar, conduce a tu cerebro a considerar que realizar determinadas actividades y no fumar es completamente imposible.
·    La mayoría de los fumadores dicen lo mismo ¡Fumo porque me gusta! ¡Es que no quiero dejarlo! ¡Cuando yo quiera lo dejaré, sólo que ahora no quiero, hoy no es el momento ya decidiré cuándo!... El problema es que cuando lo intentan se dan cuenta de que no es tan fácil, de que realmente hay una dependencia no sólo física sino también psicológica, de que se pasa muy mal, de que se aportan numerosas excusas para justificar el hecho de no dejarlo pero sobre todo se dan cuenta de que: ¡No pueden controlar aquello que tan convencidos estaban de que sí podían!.
Para dejar de fumar hay que tener muy claro a qué nos enfrentamos y atacar el problema con estrategias que nos ayuden a enfrentarnos a las dos dependencias: la física (utilizando estrategias que nos ayuden a reducir los síntomas que genera el síndrome de abstinencia) y la psicológica (mediante técnicas psicológicas que nos ayuden a controlar la ansiedad y el estrés así como la deshabituación al tabaco).

Hay una cosa que sí debemos tener muy claro y es que por muy difícil que nos pueda parecer ¡se puede vivir sin tabaco! Y sobre todo tener muy claro que en cuanto consigas los primeros éxitos, la satisfacción al comprobar que puedes más que el cigarrillo será tan grande que sólo por eso ya habrá merecido la pena intentarlo.


¡Lo más importante para dejar la adicción es intentarlo,
intentarlo y volver a intentarlo, tantas veces sea necesario,
hasta conseguirlo!

Intentarlo supone tomar un camino que te puede conducir al éxito

Inténtalo: ¡Puedes dejar de fumar! ¡Puedes conseguirlo al igual que lo han conseguido otros muchos! ¡Y si otros han podido tú también podrás!
Intentarlo supone tomar un camino que, sin lugar a dudas, te llevará a ganar no sólo salud sino también orgullo, satisfacción y calidad de vida, tanto para ti como para todos aquellos que te rodean.
También, y mucho más importante, vas a comenzar a librarte de un sentimiento de dependencia que hace tiempo te mantiene esclavizado, atado y encadenado como de si de un muñeco se tratara. Algo que por obligación te impone el no poder estar en la mayoría de los sitios sin antes echar mano del tabaco, siendo esta imposición cada vez más numerosa y dominante. Algo que te obliga a anticipar su falta y a tomar todas las precauciones necesarias para evitar el no tenerlo cuando lo necesites. Algo que cuando te quedas sin él te obliga a salir a comprarlo, aunque no te apetezca, a cualquier hora del día o de la noche porque te has quedado sin cigarrillos y la ansiedad te corroe... 
¡Inténtalo, si lo intentas puedes!
¡Cualquier momento es bueno para iniciar el nuevo reto!
¡Nunca es tarde para tomar una decisión importante!
Posiblemente y al igual que la mayoría de las personas que fuman, dieras tus primeras caladas sin tener un motivo muy claro para hacerlo, era la moda, todos lo hacían, era una forma de sentirte mayor... Tampoco te planteabas ni conocías exactamente las consecuencias de tal decisión ¿Te acuerdas de aquellos primeros cigarrillos, de aquellas primeras situaciones, de aquellos amigos con los que compartiste tus primeras experiencias con los cigarrillos, de aquellas primeras caladas que tanta gracia te hacían…? ¡Desde entonces ha pasado demasiado tiempo!.
Tú no eres una excepción. La mayoría de las personas que fuman comenzaron por imitación o porque sus amigos lo hacían o porque era la moda o por no sentirse diferentes... Tú empezaste, al igual que otros muchos, sin saber muy bien el porqué y sin disponer de los conocimientos necesarios como para tomar una decisión correcta que te permitiera elegir consciente y libremente lo más conveniente para tu libertad y para tu salud. Todas estas cosas ni las tenías en cuenta.
Sin enterarte y sin apenas ser consciente de lo que esto implicaba, te encontraste fumando regularmente y lo que es mucho peor convirtiéndote en un auténtico adicto y esclavo del tabaco. Desde aquel primer cigarrillo ha pasado ya mucho tiempo y tú has repetido muchas veces y ante situaciones de lo más diversas el acto de encender un cigarrillo. También has dado muchísimas caladas y ¡seguro que te resulta imposible calcular el número de ellas!.

1)   Te gustaría saber cuántos cigarrillos has encendido a lo largo de tu vida

Tan sólo por curiosidad: ¿Te gustaría saber cuántas veces has realizado el gesto necesario para encender un cigarrillo? ¡Posiblemente te sorprendas al conocer el resultado!. Para ello sólo tienes que hacer la siguiente operación:


Nº de cigarrillos por día =

x 365 días =

x …… años que llevas fumando =

Cigarrillos encendidos a lo largo de tu vida

2)   Te gustaría saber cuántas caladas has dado a lo largo de tu vida

Ya has podido comprobar el número de cigarrillos fumados y ahora: ¿Te gustaría saber cuántas caladas has podido dar durante todos estos años que llevas fumando?


Media de caladas por cigarrillo =

x …… cigarrillos por día =

x 365 días =

x …… años que llevas fumando =

Caladas que has dado a lo largo de tu vida

También hay algo que deberías tener en cuenta, a la hora de tomar la decisión, pues tendrá si lo consigues una gran repercusión económica: estarás ahorrando muchísimo dinero por lo que tu economía se verá gratamente fortalecida.


Dejar de fumar es posible y al igual que otros muchos lo han conseguido
¡Tú también puedes conseguirlo! ¡Simplemente plantéatelo!
¡Márcate el gran reto de tu vida!

¿Y si dejo de fumar? ¿Qué pierdo por intentarlo? ¿Qué gano si lo consigo?
¿Por qué no intentarlo? ¡No esperes a mañana, ni a después!
¡Comienza ya mismo!

3)    Te gustaría saber cuánto dinero podrías ahorrar

Ya conoces el número de cigarrillos fumados y el número de caladas que has dado a lo largo de tu vida y ahora: ¿Qué te parece si calculamos el dinero que podrías ahorrar con tu decisión?
En:
he ahorrado:
1 día
1 semana
1 mes
6 meses
1 año
10 años
x…años
............................. €
............................. €
............................. €
............................. €
............................. €
............................. €
............................. €



Una vez hayas conseguido dejar la adicción ya no tendrás que comprar tabaco, ya no tendrás que obsesionarte por no tenerlo y tener que salir obligatoriamente a comprarlo. Podrás disponer del dinero que gastabas en cigarrillos e invertirlo en otras muchas cosas, mucho más interesantes y mucho menos autodestructivas. Calcula tus ahorros a partir de ahora y piensa en dedicar ese dinero a hacerte un buen regalo, algo que antes no te podías permitir (un viaje, un perfume, un libro, unas vacaciones, un coche, un apadrinamiento…) o ni siquiera te lo planteabas porque el dinero lo dedicabas a mantenerte encadenado y esclavizado de por vida. ¡El tabaco da para mucho¡ ¡No lo inviertas en autodestruirte sino en mejorar tu calidad de vida y la de los tuyos!


¡No cedas nunca ante un propósito que realmente merezca la pena!
¡Un solo cigarrillo puede ser suficiente como para destruir tus mejores intenciones!

Recuerda siempre algo muy importante y es que las cosas a las que dedicamos mayor esfuerzo son las que más valoramos. ¡Gracias a nuestro propio esfuerzo podemos conseguir muchas cosas que sólo con dinero no se pueden conseguir! ¡Tu salud es una de ellas, no la destruyas! ¡También lo es tu autoestima! ¡El orgullo y la satisfacción por el esfuerzo realizado! ¡Sólo por eso ya merece la pena intentarlo! ¡No cedas nunca cuando hay un motivo importante, ni siquiera por un solo cigarrillo, ni siquiera por una sola calada!
 


Recuerda siempre que “el mérito está en intentarlo”
¡Puedes dejar de fumar y lo demuestra el hecho de que muchos ya lo han conseguido! ¡Así que si otros pueden tú también puedes, sólo tienes que intentarlo!

Motivos para dejar de fumar

Son muchas las razones que pueden ayudarte a dejar de fumar, desde mejorar tu salud hasta ahorrar mucho dinero, pero lo más importante es que tú busques tus propias razones, algo que para ti tenga la suficiente fuerza como para que pueda ayudarte a dejarlo (algo que previamente hayas decidido pero que para ti sea un potente estímulo que te permita fortalecer tu decisión tomada y poder apoyarte en ello cuando realmente lo necesites) ¡Que sean tus propios motivos! ¡Los que para ti sean realmente importantes! Saber el porqué haces las cosas te ayudará no sólo a tomar la decisión sino también a mantenerla pero sobre todo te ayudará a luchar por ella con todas tus fuerzas y a lograr el objetivo propuesto, a pesar de todas las caídas que puedan presentarse por el camino.
Escribe tus motivos en una lista y ponla en un lugar visible, donde te llame la atención y puedas verla en cualquier momento, donde puedas releerla tantas veces lo necesites para afianzar y fortalecer, cada vez más, tu decisión tomada.
En la lista de motivos por los que fumas, anota todas las “compensaciones inmediatas” que te proporciona el tabaco. En la lista de motivos por los que quieres dejarlo, apunta simplemente las “razones por las que quieres dejar de fumar”.

Motivos por los que fumo: compensaciones que me aporta el tabaco
Motivos por los que quiero dejarlo





































Hay muchas razones por las que dejar el tabaco pero es muy importante que busques las tuyas, que para ti sean razones de peso. ¡Sirve cualquier cosa, con tal de que para ti sea significativa e importante como para ayudarte a fortalecer tu decisión!.
Vamos a ver algunas razones que pueden reforzar tu decisión y que te pueden ayudar a identificar tus propios motivos o tus propias razones de peso. También pueden servirte para incluir alguna razón más en tu lista previa. Es muy importante que seas tú quien las determine, quien las identifique como tuyas ¡Lo que para otros es importante para ti no tiene por qué serlo, busca tus propios motivos, tus propias razones, algo que sea significativo para ti, que sea importante, que te ayude a continuar por el camino que has decidido recorrer!:
·    Para prevenir enfermedades y mejorar tu salud en general
Al dejar de fumar mejorará tu salud, sin lugar a dudas, pues disminuyes el riesgo de padecer muchas enfermedades (cáncer, enfermedades cardio-respiratorias…) e incrementas considerablemente tu calidad de vida. Permites que puedan desaparecer síntomas desagradables y molestos (tos, fatiga, agotamiento al subir escaleras o al realizar ejercicio, arritmias, opresión torácica, problemas circulatorios, problemas intestinales…)
·    Para que mi bebé no sufra las consecuencias de mi adicción al tabaco
Al dejar de fumar puedes aumentar la posibilidad de tener un bebé mucho más saludable, también puedes disminuir las posibles complicaciones que puedan darse en el embarazo o en el parto pero sobre todo y no menos importante ¡para evitar graves riesgos de salud a tu futuro hijo!...
·   Para ser un ejemplo y un modelo a seguir por aquellos que más quieres ¡Si yo puedo ellos pueden! ¡Nunca podré exigir algo a los demás que yo no sea capaz de hacer!
Al dejar de fumar puedes demostrar que si tú lo consigues aquellas personas que más quieres también pueden conseguir aquello que se propongan. Además de ser un buen ejemplo y un buen modelo para los tuyos, sobre todo y lo más importante es: ¡que eres el mejor ejemplo para ti mismo!. Si los tuyos ven que tú controlas ellos también pueden animarse a conseguir los objetivos que se propongan por muy difíciles que les resulten. Y en tu caso, si puedes con esto puedes con otras muchas cosas por muy difíciles que puedan parecerte ¡Todo es cuestión de mentalización, de motivación y de esfuerzo!...
·    Para librarme de esta horrible esclavitud que me impide decidir por mí mismo
Al dejar de fumar te liberas de la esclavitud a la que te somete cualquier droga. Como en cualquier drogadicción las decisiones no dependen de uno mismo sino de la droga. Es la droga quien decide por ti, quien toma las decisiones, quien te obliga a actuar, a comprar, a depender de ella y en definitiva quien te tiene sometido, quien coarta tu libertad, quien te mantiene encadenado, quien te impide decidir con libertad, quien te obliga a actuar aún poniendo en riesgo tu propia vida, aquella que aún no siendo verdad te hace creer que tú controlas…
·     Para ahorrar dinero
Tanto si estás trabajando como si no lo estás o dependes de los demás para conseguir el dinero que necesitas para fumar, hemos visto un ejercicio que te permitirá calcular cuánto te gastas en cigarrillos y cuánto puedes ahorrar para poder invertirlo en algo que realmente merezca la pena y la autodestrucción no forma parte de ello. El dinero podrás gastarlo en cosas mucho más gratificantes, mucho más saludables y necesarias tanto para ti como para tu familia. ¡No minimices lo que podrías hacer con todo lo que puedes ahorrar al dejar un vicio que además de consumir tu dinero también consume y destruye tu vida!...
·    Para mejorar tu aspecto
Fumar produce sequedad cutánea y acelera la aparición de arrugas en la cara de forma prematura. Muchas toxinas del tabaco se eliminan por la piel: ¡verás qué diferencia! ¡que sea la edad quien te haga envejecer y no el consumo de tabaco! ¡no provoques el envejecimiento prematuro a través del tabaco!...
·    Porque no quiero depender de nada ni de nadie, tampoco de la nicotina
La nicotina te quita libertad, te quita independencia, pero puedes romper esa cadena. ¡Tú vales demasiado como para dejarte encadenar y destruir por el tabaco! ¡Hay cosas mucho más importantes que el ser esclavo de la nicotina o de cualquier otra droga! ¡La nicotina es una droga que te esclaviza y te impide ser libre! ¡Dónde está tu libertad si las decisiones no dependen de ti sino del tabaco!...
·     Por presiones familiares, laborales o sociales
Cada vez es más difícil fumar, cada vez resulta más incómodo pues a veces te obliga a salir a la calle cuando todos se quedan dentro (no importa si hace frío o calor, si es el tabaco quien decide por ti o si es a ti a quien le apetece salir…) En muchas ocasiones te obliga a ocultarte para que no te vean fumar o para que no te critiquen tus seres queridos o aquellos con quienes convives. ¡Resulta muy triste ver a una persona en la calle fumando, haga frío o calor, mientras sus amigos o familia se queda en el interior de la cafetería, restaurante, cine…!
·     Para evitar enfermedades en los que me rodean
Está más que demostrado que el tabaquismo pasivo es perjudicial para la salud de las personas que no desean fumar y que además les molesta el tabaco (porque lo han dejado, porque nunca han fumado, por estar enfermos…). Si no lo hago por mí puedo hacerlo por los que me rodean, nadie tiene porqué inhalar el humo que yo exhalo, no tengo porqué obligar a nadie a fumar a través del humo que yo lanzo y más cuando muchos de ellos ya han conseguido dejarlo pero que yo con mi humo no se lo permito…
·     Para mejorar mi rendimiento físico, anímico e intelectual
Al dejar de fumar mejorará no sólo la capacidad para realizar ejercicio físico sino también, y sobre todo, el estado anímico así como el rendimiento cognitivo, el aprendizaje, la memoria, la concentración...
·     Para mejorar el gusto y el olfato
Al dejar de fumar no sólo olerás sino que también saborearás mucho mejor los alimentos y disfrutarás en mejores condiciones del entorno en general. El tabaco es un gran inhibidor de ambas funciones, tanto el gusto como el olfato quedan muy alterados por lo que ¡es momento de comenzar a recuperarlos!.
·     Para que no apesten a tabaco tu ropa, tu casa, tu coche…
Tu ropa, tu casa, tu coche... ya no apestarán. Podrás disfrutar en tu casa o en tu coche… de un ambiente mucho más fresco y mucho más limpio y agradable. El cambio lo experimentarás en tu propia ropa, en la de los demás miembros de tu domicilio, en las paredes, en los muebles o en cualquier otro elemento incluido en las zonas donde anteriormente fumabas.
·     Para evitar el mal aliento, los dientes o los dedos amarillos y sucios
Al dejar de fumar mejorará tu salud bucodental, tu aliento no olerá a rancio ni será molesto para los que te rodean, tus besos aportarán afecto y cariño pero no publicidad a tabaco rancio ni a cenicero sucio. Lo mismo ocurrirá con tus dedos, dejarán de estar sucios y amarillentos publicitando continuamente la esclavitud a la que estás sometido.
·     Para sentirte mucho más satisfecho contigo mismo
Te encontrarás mucho mejor y mucho más satisfecho pues podrás disfrutar de todo lo que te rodea. Ya no quemarás más camisas, ni más pantalones, ni más jerséis, no tendrás que lamentarte por errores debidos al consumo. ¡Todo en ti habrá mejorado! ¡Será mucho más fácil estudiar y concentrarte! ¡No habrá autocríticas sino todo lo contrario, orgullo y satisfacción por lo conseguido gracias a tu esfuerzo!...
·     Para incrementar tu autoestima, tu seguridad y la confianza en ti mismo
Al dejar de fumar no sólo mejorará la satisfacción por el objetivo logrado sino y sobre todo se incrementará con ello la autoestima, la seguridad en ti mismo y la confianza de conseguir todo aquello que te propongas en cuanto decidas intentarlo. ¡Valgo demasiado como para dejarme arrastrar y destruir por el tabaco! ¡El esfuerzo habrá merecido la pena!.
Son muchas y muy buenas razones las que podemos argumentar para dejar de fumar y podríamos añadir muchas más de las que acabamos de incluir, ¡tantas como a cada uno de nosotros se nos puedan ocurrir!. Las mejores, sin lugar a dudas, son las tuyas, las de uno mismo, aquellas que te resulten significativas y que tengan una connotación importante para ti. No dudes en buscarlas, en contártelas y en utilizarlas pues te serán de gran utilidad para conseguir definitivamente tu objetivo: ¡Dejar el tabaco, ganar salud, calidad de vida y mucha satisfacción personal!
Ya hemos vistos unos pocos motivos y posiblemente tú puedas añadir algunos más que te ayuden a reforzar la decisión tomada para iniciar el recorrido que te permita la liberación definitiva de la esclavitud a la que estás sometido. Se trata de comenzar ¡YA! No dejarlo para mañana o para la semana que viene o para después de un evento importante pues eso sólo indica aplazar una decisión importante. Dejarlo “poco a poco” ya se ha comprobado tras mucha investigación que no funciona, la mayoría de las personas que lo han intentado no lo han conseguido. Es mucho más fácil y mucho más eficaz suprimir el consumo de tabaco del todo. Se puede dejar de fumar de un día para otro y mucho mejor si lo haces desde el primer momento en el que te has planteado la decisión de dejarlo.


¡NO ESPERES A MAÑANA!

¡HOY ES UN BUEN DÍA PARA DEJARLO!


Veamos algunos recursos que pueden ayudarte a dejar el tabaco

Al igual que a lo largo de tu vida has logrado cosas muy complicadas, también ahora puedes conseguir ésta, por muy difícil que pueda parecerte. Sé que no resulta fácil pero inténtalo: haz un breve repaso de todo lo que has conseguido hasta ahora, aunque no lo creas puede parecerte poco y normal, pero no lo es. Hay cosas muy complicadas y que a base de esfuerzo las has ido consiguiendo, también gracias a tu esfuerzo has ido adquiriendo grandes recursos para conseguir lo que te proponías, y es ahora cuando los puedes poner a trabajar. Siempre que sepas exactamente por qué razón lo haces y qué puedes ganar cuando consigas tu objetivo, podrás darte cuenta de todos los recursos que tienes a tu disposición. Si haces un recuento de tus logros, verás que la clave del éxito siempre ha estado en que el beneficio esperado ha tenido que ser algo importante para ti. ¡Tu esfuerzo, para conseguir todo aquello de lo que has podido sentirte orgulloso, siempre ha estado en la base de todo! ¡Tu esfuerzo por conseguir tus objetivos te aportará mucho beneficio pero el fumar ninguno! ¡No lo dudes y trabaja en ello, merece la pena!
Si decides dejarlo ya mismo, ¡GENIAL! Pero si decides tomarte una semana antes de dejarlo definitivamente (para saber exactamente el número de cigarrillos que fumas normalmente sin poner trabas y sin eliminar ninguno) también puedes hacerlo. Podrás comprobar por ti mismo que muchos de los cigarrillos que te fumabas ni siquiera te apetecían ¡simplemente pasabas por ahí! ¡alguien te lo ofreció! ¡viste a alguien que lo hacía!... Comprobarás también que, tranquilamente, podías haber prescindido de muchos de esos cigarrillos que debido al hábito y al condicionamiento adquirido no lo hiciste.
Vamos a ver de qué forma puedes afrontar la gran decisión tomada. No intentes reducir tu consumo, simplemente marca con una cruz cada cigarrillo que enciendas, sin importar ni dónde te encuentres ni lo qué estés haciendo.


¡Cuando tomamos conciencia del problema al que nos enfrentamos

es mucho más fácil desarrollar recursos y estrategias para resolverlo

pues podremos tener en cuenta alternativas que antes nos pasaban desapercibidas!


Estos ejercicios te ayudarán a tomar conciencia no sólo del acto de fumar sino también del número de cigarrillos fumados cada día de la semana. El hecho de registrar los cigarrillos fumados cada día será fundamental para ayudarte a desautomatizar la conducta de fumar. ¡Al tomar conciencia del comportamiento realizado se puede controlar el hábito adquirido por lo que será mucho más fácil adquirir control y sobre todo percepción de control!. Para adquirir un mayor control anota todos los cigarrillos fumados, en las siguientes hojas de registro. ¡Aunque no lo creas puedes llevarte una gran sorpresa!.

1)   Hoja de registro de la primera semana

En este autorregistro hemos incluido todos los días de la semana y hasta 48 cigarrillos pero podemos añadir cuantos cigarrillos superen esta cifra. Se trata tan sólo de marcar con una cruz cada vez que te fumes un cigarrillo.
                                                                                                           
Hoja de registro de la primera semana
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
L

























M

























X

























J

























V

























S

























D


























Hoja de registro de la primera semana
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
L























M























X























J























V























S























D
























Si has tomado la decisión de dejar de fumar ¡enhorabuena!. Seguro que tienes un buen motivo. Vuelve a revisar los motivos para dejar de fumar, siempre puedes encontrar alguno más que te ayude a mantener y a reforzar tu decisión (cuantos más añadas mejor). Es muy importante que te marques una fecha para dejarlo del todo e intentes cumplirla a rajatabla.

2)   Hoja de registro de cigarrillos consumidos

Este autorregistro también te resultará muy útil, marcaremos con cada cigarrillo que fumes, el día de la semana, la hora que es, la situación en la que te encuentras y las ganas que tienes de fumar.
(2: muchas ganas, 1: pocas ganas, 0: podría pasar sin él)
Hoja de registro de cigarrillos consumidos
Día: Jueves 01-11-2012
Cigarrillos:
HORA
SITUACIÓN
GANAS DE FUMAR
(Placer 0-2)
1
9,30
Después de desayunar
2
2
10,00
Al ir a trabajar y detener el coche por estar el semáforo en rojo
1
3
11,30
Me ofrecen un cigarrillo
0













































Con este autorregistro conseguirás “reconocer y romper la conducta automática” que acompaña tantas y tantas veces al fumador (por ejemplo: coger el teléfono y automáticamente encender un cigarrillo, antes de entrar en casa, ante un semáforo, al tomar un café o un refresco, durante o después del desayuno, comida o cena, estando con los amigos, porque me lo ofrecen…) También aprenderás a saber qué cigarrillos son los que más te puede costar dejar y el porqué, aquellos que fumas por fumar pero que podrías prescindir perfectamente de ellos… Esto es muy importante porque los primeros días, si cambias tus hábitos, te resultará mucho más fácil no fumar y si además te armas de motivos lo suficientemente importantes para ti la dificultad será mucho menor.
Sería conveniente llevar en el mismo paquete de tabaco un lapicero o un bolígrafo y un autorregistro, para ir incorporando datos cada vez que fumes un cigarrillo. En esta primera fase no es necesario que intentes fumar menos, pero se ha comprobado que el simple hecho de tomar conciencia de momentos y situaciones en los que uno fuma supone para muchas personas la posibilidad de aumentar su autocontrol y en consecuencia disminuir el número de cigarrillos ya desde el principio, además de disminuir considerablemente la ansiedad.

Cómo enfrentar los primeros días sin fumar

Una vez que ya has evaluado el número de cigarrillos, cuándo, dónde y las ganas que tienes de fumar puedes iniciar el reto: ¡Eliminar totalmente el consumo!. Recuerda siempre que si lo dejas del todo y desde el primer momento mucho mejor que intentar dejarlo poco a poco pues, aunque también hay muchos que lo consiguen, está demostrado que es mucho más difícil lograrlo.
El día anterior a dejar de fumar tira todos los cigarrillos pues “si has decidido dejar el tabaco no los vas a necesitar” por ello lo mejor es tirar los que tengas para evitar tentaciones que te lleven al consumo. ¡Ya tendrás tiempo de ver el tabaco sin que inevitablemente tengas que fumarlo! ¡Sin que te genere ansiedad o sin que te genere sufrimiento por no consumirlo! Una vez hayas roto el hábito todo te resultará mucho más fácil, dado que las ventajas serán inmensas.
Durante los primeros días sin fumar debes plantearte objetivos a muy corto plazo (el momento a momento, el día a día) Habrá muchas ocasiones en las que sentirás muchas ganas de fumar, pero no te preocupes que esto al principio es normal, lo importante es mantenerte firme en la decisión tomada y no sucumbir a la idea de que “por un cigarrillo no pasa nada” ¡pues sí que pasa!. Lo importante es aplazar ese deseo porque dura muy poco (apenas unos segundos) pero, sin apenas darte cuenta, se superan esos segundos de ansiedad por el cigarrillo y olvidas totalmente la necesidad de fumar. Piensa que ¡puedes hacerlo!, que ¡ya lo has aplazado en otras ocasiones!, que ¡el deseo dura muy poco!, que ¡rápidamente olvidarás las ganas acuciantes de fumar!, que ¡con un poco de esfuerzo puedes lograrlo! que ¡cada vez el esfuerzo será menor!... Si eres capaz de superar y aplazar esa primera necesidad de fumar, podrás comprobar que cada vez te resultará mucho más fácil, más distante y apenas sin darte cuenta habrá desaparecido el hábito adquirido.
El primer día que no fumes será un día muy importante para ti, disfrútalo y compártelo con los tuyos, eso también te ayudará. ¡Cualquier recurso que utilices te será de gran ayuda! ¡No dudes en utilizar cualquier cosa que te resulte útil! ¡Si cualquier estrategia te ha resultado útil una vez, repítela! ¡Con la repetición se adquiere el hábito tanto el bueno como el malo! ¡No lo olvides, repetir y repetir algo que nos ha funcionado es la mejor garantía de éxito!.
Es muy importante que comuniques la decisión que has tomado a las personas que te rodean y que te pueden ayudar: tus familiares, tus amigos, tus compañeros de trabajo o de estudios... No debes tener miedo al compromiso pues el hecho de comprometer tu palabra te ayudará a mantener tus fuerzas. Vas a hacer un intento serio y definitivo para dejar el tabaco y ellos serán tus cómplices. Por lo general la mayoría se implica en el compromiso y te ayudarán a mantener tu objetivo y eso también te aportará más ganas de continuar con la idea de querer dejarlo. ¡No pasa nada si no cumples con tu compromiso, lo importante es intentarlo tantas veces sea necesario hasta terminar por conseguirlo! ¡El no cumplimiento no lo mires como un fracaso, míralo como un error e intenta aprender de él para no volver a cometerlo!
Si cometes un error, revisa de nuevo los “motivos para dejar de fumar” ¡Repítete a ti mismo que lo estás intentando! ¡Que por un error no pasa nada! ¡Que vas a continuar con el camino que has iniciado! ¡Que lo vas a intentar tantas veces sea necesario!… y esto tantas veces lo requiera la situación.


No pienses en los errores que puedas cometer, durante el proceso, sino en los pasos que estás dando y en lo que has conseguido hasta ese momento:

¡Fumar menos de lo que fumabas antes de tomar tu gran decisión!

Algunos recursos que también pueden ayudarte a dejar de fumar

·    Decisión: desde hoy PROHIBIDO FUMAR. A partir de este momento saber que se puede presentar el síndrome de abstinencia por la falta de nicotina (nerviosismo, ansiedad, sed, irritación, malestar general...). La respiración lenta, la relajación, las autoinstrucciones…, te pueden ayudar a superarlo.
·    Pon carteles con el mensaje de “voy a dejarlo”: en tu habitación, en tu mesa, en casa, en el trabajo pon avisos... Aprende a detectar qué es lo que más te ayuda. Cada persona es diferente, lo que a otros sirve no tiene porqué servirte a ti. Descubre lo que a ti más te ayuda, qué es lo que te sirve, lo que te resulta más útil, lo que te resulta más significativo... y ¡utilízalo cuantas más veces mejor!.
·    No compres tabaco: regala o tira el que tengas. No lleves tabaco encima ni lo guardes al alcance de la mano. El tabaco es un estímulo muy condicionado y muy potente, el simple hecho de verlo hace que te apetezca consumirlo. Resulta más difícil controlar el impulso de fumar cuando lo tienes delante, sobre todo al principio. ¡Espera hasta que puedas verlo sin que te afecte!
·    No pidas, no aceptes: el aceptar aunque sólo sea por una vez, hará que la tendencia a repetir y a permitírtelo sea mayor y con ello se incrementarán las posibilidades de recaída. Aprende a decir ¡NO, NO y NO!
·    Reflexiona y conciénciate: al iniciar el día reflexiona sobre la decisión tomada y proponte firmemente no fumar en todo el día; repítelo en tu mente para que te ayude a mantener tu decisión, piensa tanto en lo negativo de fumar como en lo positivo de no fumar. ¡Cualquier cosa que te ayude a tomar conciencia te será de gran utilidad!.
·    Márcate objetivos cortos: no pienses en dejar el tabaco piensa en no fumar esta mañana, esta tarde, hoy, en este momento… Cuando aparezcan las ganas de fumar un cigarrillo no lo cojas, no lo fumes, aplaza el cogerlo aunque sólo sea unos segundos, verás qué pronto se olvidan esas ganas y pasa ese deseo por ese cigarrillo concreto, haz lo mismo cada vez que vuelva a ocurrir. ¡Aplázalo tantas veces sea necesario!.
·   Valóratelo y refuérzate por cada uno de los avances, por cada uno de los “NO”: el haber sido capaz de aplazarlo, el haber conseguido no fumar, el haber ganado la batalla a ese cigarrillo que tanto te apetecía fumar pero que no lo has hecho… Siéntete orgulloso por ello, coméntalo con tus amigos, con tus familiares, contigo mismo… y esto tantas veces lo hayas conseguido. Comprobarás cómo poco a poco, y cada vez más, se van espaciando las ganas de fumar a la vez que se va incrementando tu orgullo, la seguridad en ti mismo y tu percepción de control. ¡Mucho mejor sentirse orgulloso que lamentarse!
·   Quita ceniceros: escóndelos, cámbialos de sitio, retíralos de tu vista sobre todo aquellos que utilizabas normalmente. Haz lo mismo con cerillas y mecheros (es una forma de eliminar objetos que forman parte del hábito). De esta forma eliminarás estímulos asociados a comportamientos automáticos repetidos miles y miles de veces con anterioridad y que han terminado siendo unos estímulos condicionados muy potentes. ¡Pronto dejarán de serlo!
·    Ventila bien las habitaciones: oxigena tu entorno al máximo, que entre aire limpio, que huela a limpio… ¡Respirar vida y no aire enrarecido mejora no sólo la “calidad del ambiente” sino también el “estado de ánimo”!
·    Lávate los dientes: inmediatamente después de comer, mantén la boca fresca. ¡Si tienes buen sabor de boca apetece más el seguir manteniéndolo!
·    Si alguna de tus cosas huele a tabaco: límpiala a fondo y disfruta de su aspecto fresco y renovado. Pon algún ambientador que te ayude a recordar tu objetivo. ¡Cualquier acción realizada voluntaria e intencionadamente potenciará tu decisión y te ayudará a mantenerla!
·  Reflexiona con calma, haz las cosas con tranquilidad: hazlas despacio, tomando conciencia de los motivos que tienes para dejar de fumar, con un plan preestablecido y que pueda ayudarte a mantenerte sin fumar. ¡Es más importante llegar a la meta marcada que perder el control y quedarte por el camino!
·    Busca tiempo para hacer ejercicio físico: el ejercicio físico además de gastar calorías, sirve de distracción, calma la ansiedad y aumenta la liberación de opiáceos endógenos que ayudarán tanto a combatir el malestar psicológico ocasionado por la ausencia de la nicotina en el organismo como a incrementar la serotonina y en consecuencia la sensación de bienestar. Al principio se recomienda no comenzar con ejercicios fuertes dado que el sistema cardiovascular está deteriorado por el tabaco, se puede comenzar andando 10 minutos diarios e ir incrementándolos hasta llegar a la media hora o a una hora diaria. Si el ejercicio lo haces al aire libre mucho mejor pues mayor será la oxigenación ¡Un cerebro bien oxigenado es un cerebro que funciona mucho mejor!
·   Bebe agua o líquidos abundantes: el beber agua o líquidos en abundancia ayudará a calmar la sequedad de boca, la ansiedad y a sentir saciedad además de contribuir a hidratar el cuerpo y a eliminar más rápidamente la nicotina de tu organismo.
El agua no tiene ninguna contraindicación, no engorda, y supondrá una gran ayuda para ir diluyendo la nicotina u otras sustancias tóxicas que, debido al tabaco, puedan encontrarse en el organismo.
Con el agua y a través de la orina, facilitaremos su eliminación. Puede resultar útil tomar algún chicle, algún caramelo, cualquier cosa que te ayude a calmar esa necesidad de tener algo en la boca. ¡Te ayudará no sólo a eliminar toxinas sino también a no engordar!
·  Incluye una alimentación sana y natural: muchos zumos, frutas, verduras... “Dieta mediterránea". Evita estimulantes (para no generar más ansiedad) e incrementa el aporte vitamínico con alimentos que contengan calcio y vitaminas A, B, C, E… (elementos de los que hay una importante carencia en el fumador pero que al consumirlos actuarán como agentes protectores de las diversas acciones tóxicas del tabaco). Dedica tiempo a las comidas, disfruta de ellas con calma pues hasta ahora no lo hacías debido a que las ganas de fumar te lo impedían. ¡Cuantas más situaciones superes sin fumar mayor será el descondicionamiento al tabaco!.
·    Realiza ejercicios de respiración profunda para oxigenar: tomar el aire lentamente por la nariz, retener unos segundos en los pulmones y luego expulsarlo muy lentamente por la boca. Repetir este ejercicio, cuantas más veces y en cuantas más situaciones diferentes mejor, te ayudará a relajar y a oxigenar el cerebro de tal forma que optimices su funcionamiento. Si además aprendes alguna otra técnica de relajación muscular mucho mejor (ver bibliografía).
También es fundamental practicarla antes de acostarte, podrás dormir mejor y te ayudará a mantener el objetivo de dejar el tabaco. ¡Durante el sueño se afianzan las decisiones!.
Cada vez que tengas ganas de fumar respira hondo tomando el aire por la nariz, manteniendo el aire y luego soltándolo muy lentamente por la boca... y así un mínimo de 5 veces seguidas, a la vez que visualizas cómo tu cuerpo va llenándose de oxígeno, cómo se va limpiando y cómo se van eliminando los elementos tóxicos además de la nicotina, que es la que provoca la necesidad física de fumar. El oxígeno aportado con la respiración profunda también supondrá una gran ayuda para el organismo por incrementar la ventilación del mismo y en consecuencia la oxigenación cerebral, imprescindible para que el funcionamiento sea óptimo.
Al focalizar la atención en la respiración lenta, ¡además de oxigenar, también podrás controlar la ansiedad que genera la necesidad del cigarrillo! ¡El efecto de la relajación, a través de la respiración, será muy rápido e inmediato y el beneficio inmenso! ¡Te ayudará no sólo a poder aplazar sino, y sobre todo, a no fumar y poder hacerlo sin apenas sentir ansiedad! 
Pide Apoyo Social: no dudes en apoyarte en la gente de tu entorno (familiares, amigos, compañeros...) todos ellos pueden ayudarte mucho a la hora de poder controlar la situación pues, aunque alguien pueda burlarse porque considere que no lo vas a conseguir, el beneficio que aporta es muy importante. Se ha demostrado que el apoyo social es un elemento predictor del éxito y de la abstinencia a largo plazo. La decisión de dejar de fumar es de uno mismo, no de los demás pero rodearse de un adecuado ambiente facilita mantenerse abstinente y no recaer o retrasar la reanudación del consumo. ¡Súmate a los que ya lo han dejado! ¡Son muchos y merece la pena!.


¡Recuerda siempre que cada persona es diferente y lo que para uno es significativo para otro puede no serlo, de ahí que cada uno
deberá apoyarse en todo aquello que más pueda ayudarle!. 
¡No dudes en pedir ayuda, seguro que todos aquellos
que de verdad te quieren estarán más que dispuestos a echarte una mano!

Pide a tus amigos, familiares, compañeros…:
ü  Que no te dejen fumar. Si te ven con un cigarrillo, que te lo quiten, que te recuerden lo que estás intentando y aunque parezca lo contrario porque en un principio pueda molestarte, esto hará que te replantees el tema.
ü  Pide que no te ofrezcan ni te pidan tabaco y si te lo ofrecen recházalo. Este punto refuerza mucho el empeño de seguir sin fumar al recordarte continuamente tu objetivo pero sobre todo fortalece la autoestima. 
ü  Que no fumaran delante de ti sería ideal pero, como esto no siempre es posible, si te sientes muy mal puedes abandonar la sala. La mayor parte de las veces no lo harás, por lo que también este punto puede servirte para poner en práctica algunas técnicas distractoras, de imaginación, de resolución de problemas, de relajación a través de la respiración lenta, de relajación muscular…, afianzando con ello la fortaleza para seguir luchando por dejar el tabaco.
ü  Que te recuerden (además de hacerlo tú mismo) tu intención de no fumar. Cada vez que algo o alguien te lo recuerde puedes echar mano de autoinstrucciones cortas, a ser posible siempre las mismas, para que vayan tomando fuerza y repetírtelas cuantas más veces mejor ¡Si otros lo consiguen yo también! ¡Si me lo propongo lo consigo! ¡Me va a costar pero lo voy a conseguir! ¡Cada día sin fumar es un punto a mi favor! ¡Hoy lo he pasado bien sin tabaco, mañana aún será mejor!… ¡Anotar autoinstrucciones que resulten eficaces ayuda mucho a conseguir el objetivo y a reducir la ansiedad y si además las comentas mejor!.
ü  Que te ayuden y te animen en los momentos difíciles. Las conversaciones que surgen al respecto suelen ser muy beneficiosas a pesar de que algunas veces parezca lo contrario y puedan molestarnos pero a la larga nos pueden ayudar a seguir por el camino iniciado hasta llegar al objetivo ¡Dejar definitivamente de fumar!.
ü  No lleves el paquete encima y si lo llevas que te lo quiten, siempre cuanto más lejos del estímulo condicionado mejor.
ü  Que te vigilen y te feliciten cuando lleves mucho tiempo sin fumar. Los intervalos de necesitar un cigarrillo cada vez irán siendo más espaciados “empezando por segundos, minutos u horas, hasta pasar a de vez en cuando y terminar desapareciendo”. Si consigues seguir en tus trece de “no fumar” llegará un momento en que ya no aparezca esta necesidad de fumar el cigarrillo y podrás ver con satisfacción que te encuentras sin ataduras y totalmente libre de las cadenas que te mantenían enganchado al tabaco.
ü  Generalmente la gente suele animar y felicitar por el tiempo sin consumir, pero también es muy importante que tú mismo te apliques el refuerzo y que te lo valores contándote cuantas más veces mejor ¡lo bien que lo estás haciendo aunque te cueste!.
·    Utiliza material de autoayuda: hay numerosos folletos y manuales de autoayuda que te pueden ser muy útiles por aportarte numerosas ideas que contribuyan a potenciar la decisión tomada. ¡Cualquier cosa que te resulte útil a la hora de conseguir el objetivo será fundamental! ¡No desestimes ninguna por muy simple que pueda parecerte, por muy ridícula o por muy absurda! ¡Hasta lo más simple y absurdo puede ser importante!.
·   Autoinstrucciones: cuéntate mensajes cortos, dialoga contigo mismo lo más a menudo posible, argumenta tu decisión con frases potentes y significativas para ti: ¡Soy capaz de lograrlo! ¡Si quiero puedo! ¡Puedo conseguir lo que me propongo! ¡Puedo hacerlo y lo haré! ¡Voy a intentarlo! ¡Me lo he planteado y lo voy a conseguir! ¡Yo valgo mucho y si yo no miro por mí nadie lo hará! ¡Si he conseguido otras cosas, ésta también! !Si otros pueden yo también¡… Se trata de darnos mensajes cortos, a ser posible siempre los mismos y repetirlos hasta que se automaticen y formen parte de nuestro funcionamiento normal. ¡Cuánto más repitamos mejor, más potentes se volverán los mensajes!.
·    Utiliza técnicas cognitivas que potencien la imaginación: Podemos dedicar un tiempo a imaginarnos espléndidos, orgullosos por haberlo logrado; visualizar situaciones positivas que nos muestren estados óptimos por haber conseguido algo que, a pesar de parecernos tan complicado, hemos podido demostrar que “con esfuerzo no hay nada que se nos resista”, que el intento ha merecido la pena al lograr mayor salud, menor cansancio, mejorar la piel y el pelo, pulmones más limpios y más sanos, mejor circulación sanguínea, menor tensión arterial y emocional...
·    Utiliza técnicas distractoras: que te ayuden a pasar de lo interno a lo externo, cuantos más detalles mejor. También puedes cambiar la situación o el escenario en el que te encuentras, antes salías fuera del lugar donde te encontrabas para fumar ahora puedes hacer lo mismo pero con distinto objetivo: ¡No fumar! ¡Comprobar lo que te rodea sin tener el cigarrillo en la mano! ¡Recordar el antes y el ahora! ¡Unos minutos bastan para que la ansiedad pase a segundo plano!...
· Utiliza técnicas de parada de pensamiento: puedes ayudarte contrarrestando el pensamiento que te lleva a fumar, contándote por ejemplo las múltiples ventajas que obtienes al no hacerlo, tus motivos y razones, tus argumentos, cualquier cosa que te ayude a mantenerte firme. Es importante cambiar la percepción de la situación. Antes era impensable encontrarte ante una situación en la que siempre fumabas y ahora puedes comprobar no sólo que puedes hacerlo sino que te sientes muy bien al ser capaz de ganar la batalla al cigarrillo.
·   Utiliza técnicas de aplazamiento de respuesta: el aplazar unos segundos el hecho de coger el cigarrillo, realizando otra actividad de forma intencionada, hará que esa necesidad imperiosa desaparezca y así hasta la siguiente ocasión. Te sorprenderá comprobar cómo sin apenas darte cuenta olvidas fumar durante un buen rato ¡Pruébalo y podrás comprobar por ti mismo que funciona!. Si eres capaz de resistir los primeros instantes en los que se presenta la necesidad imperiosa de fumar habrás vencido al deseo y en consecuencia habrás podido más que el tabaco. ¡Sólo por la satisfacción de haberlo logrado merece la pena intentarlo!
·    Autorrefuerzo: cada vez que hayas conseguido aplazarlo, distraerte con otras cosas y en definitiva no fumar ¡Valórate porque tu esfuerzo ha merecido la pena! ¡Analiza las consecuencias positivas derivadas de haberlo logrado! ¡Siéntete orgulloso por haberlo conseguido! ¡No escatimes alabanzas! Todo ello incrementará tu seguridad, tu percepción de control y sobre todo tu autoestima. ¡Nada satisface más que lo que hemos conseguido con esfuerzo y mucho más cuanto más difícil nos resulta! ¡Por muy grande que sea la dependencia, la adicción al tabaco o a cualquier otra droga, desaparece al cabo de un tiempo y depende de ti el poder más que las drogas!





¡Cuanto más nos cuesta conseguir cualquier cosa mayor mérito tiene y mucha más importancia le damos,
de ahí que el orgullo y el refuerzo que obtenemos por el esfuerzo realizado y
el objetivo cumplido sea mucho mayor!
¡No escatimes esfuerzo pues el beneficio será enorme y habrá merecido la pena!

Factores importantes que debemos tener en cuenta

Cuando nos enfrentamos a cualquier adicción (y el fumar lo es) hay una serie de síntomas que van a manifestarse en cuanto dejemos de consumir la sustancia, debido al síndrome de abstinencia, pero también debemos saber que cuando aparecen estos síntomas es “la mejor señal de que nuestro organismo está comenzando a recuperarse”, dado que “está pidiendo a gritos algo a lo que estaba muy acostumbrado pero que no le estamos aportando, que es tremendamente adictivo y con lo que continuamente le estábamos alimentando”.

Entre los síntomas más comunes pueden aparecer:
§  Un deseo muy fuerte de fumar
§  Una gran irritabilidad
§  Ansiedad
§  Cansancio
§  Aumento del apetito
§  Síntomas depresivos
§  Sensación de fatiga
§  Trastornos del sueño
§  Trastornos digestivos
§  Dificultades de concentración…
Cuando sientas uno o varios de estos síntomas, no te desanimes, ni te preocupes, ni dejes de seguir luchando, sino todo lo contrario: es justamente cuando más debes continuar por el camino iniciado, piensa que es la mejor señal de que estás progresando y sobre todo ten muy presente que, todos estos síntomas u otros que puedan darse, desaparecerán en muy pocos días.
Concéntrate en los beneficios inmediatos del proceso, en lo que estás intentando, en lo que estás consiguiendo: estás empezando a dar un respiro a tu corazón, a tus pulmones y a tu cerebro, tu cuerpo se está liberando del monóxido de carbono y de las más de cincuenta sustancias carcinógenas que contiene el tabaco y lo que es mucho más importante te estás demostrando que “por muy difícil que te resulte” ¡puedes conseguir lo que te propones!.
Ante todo, no te dejes arrastrar por pensamientos negativos, conciénciate de que es la adicción la que intenta vencerte y recuerda que tú puedes más que un cigarrillo: el deseo de fumar se puede presentar en el momento más inesperado, lo importante es aprender a aplazarlo y a controlarlo. Cuantas más veces lo aplaces mayor será tu aprendizaje y mayores posibilidades de romper los automatismos adquiridos con el hábito, mayor será también tu capacidad para controlar tus actos y mayores serán tus posibilidades para escoger los recursos y las estrategias que vas a utilizar no sólo para incrementar tu capacidad de elección sino también para identificar y anticipar las situaciones de riesgo y en consecuencia para optar por alternativas que sean incompatibles con el hecho de fumar y que desde luego van a permitirte enfrentarte a ello con las mejores herramientas a tu alcance.
Las mayores recaídas se dan durante los tres primeros meses después de haber dejado el consumo por lo que nunca hay que bajar la guardia. Es importante que conozcas algunas de las situaciones que pueden conllevar un alto riesgo de volver a fumar:
·  Al despertar por la mañana
·  Después del desayuno
·  Al tomar el café
·  Después de comer
·  Viendo la TV
·  Al ir de copas con los amigos
·  En una celebración o en una fiesta
·  Al hablar por teléfono
·   Cuando uno se enfada por cualquier motivo
·  Cuando uno se siente deprimido o con ansiedad
·  Mientras uno va conduciendo
·  Cuando fuman otras personas u ofrecen un cigarrillo
·  Cuando se siente hambre
·  Cuando todo sale mal
·  Cuando uno se aburre o por el contrario cuando uno está alegre y lo está pasando genial…

Cuanto más consciente seas de los momentos en los que puede presentarse la “recaída” mayor será la capacidad para poder controlar la situación y para optar por las alternativas más adecuadas. ¡Es mucho más fácil controlar un problema cuando lo conocemos y podemos anticipar las situaciones de riesgo que cuando previamente no lo hemos tenido en cuenta!. Frente a todas estas circunstancias y frente a otras, que a lo mejor ahora no prevés, debes estar especialmente alerta y saber que no debes ceder en ningún momento ante un solo cigarrillo, ni tan siquiera ante una simple calada y sobre todo distinguir claramente entre lo que es una caída por un error puntual (un simple evento que te ha llevado a fumar) de la auténtica recaída (volver al consumo anterior, abandonando la lucha por el objetivo marcado).
En estos casos, será muy importante contactar con alguien que pueda ayudarte (amigo, otro ex-fumador, teléfono de autoayuda, un profesional…) recuperar tus autoinstrucciones (para volver a afrontar las situaciones) retomar el manejo de la ansiedad y del estrés (relajación, respiración, técnicas cognitivas de enfrentamiento…), controlar el peso en caso de haber engordado más de lo previsto, tratamiento farmacológico si el síndrome de abstinencia fuera demasiado alto e incapacitante, volver a retomar el intento de dejarlo… ¡Utilizaremos cualquier recurso con tal de no volver a fumar!.
También deberemos recordar siempre que lo ideal sería conseguir el objetivo “dejar de fumar para siempre” pero también deberemos ser conscientes de que no siempre va a ser así. La realidad nos viene demostrando que son muchos los fumadores que lo han intentado varias veces y varias veces han recaído, ahora bien hay una cosa muy evidente que nunca debemos olvidar y es que el haber conseguido dejar de fumar, aunque sólo sea por un tiempo, es un factor predictivo muy positivo pues con cada intento vamos ganando habilidades, motivación, capacidad para enfrentarnos a nuevas situaciones de ahí que cada intento suponga ser mucho más eficaz que el anterior. Así que nunca desilusionarse por una recaída sino todo lo contrario


Que la recaída sirva para fortalecernos y para aportarnos recursos, estrategias y habilidades para lograr definitivamente lo que pretendemos: ¡Ganar la batalla al tabaco! ¡Nunca desilusionarnos ni abandonar! ¡Si caemos nos levantamos y volvemos a empezar de nuevo! ¡Y esto tantas veces sea necesario!

Cuándo comenzaré a notar algún beneficio

Ya desde el primer día sin fumar puedes comenzar a notar los beneficios. No importa la edad que tengas. Dejar de fumar siempre trae beneficios importantes para la salud. Por el mero hecho de dejar el tabaco ya estás incrementando tu expectativa de vida porque automáticamente, y desde el primer momento que has dejado de fumar, disminuye el riesgo no sólo de padecer determinadas enfermedades sino, y sobre todo, aumenta considerablemente la calidad de vida. ¡La cantidad de vida es importante pero, a partir de cierta edad, la calidad de vida es fundamental!.
En muy poco tiempo tu organismo comenzará a beneficiarse de la ausencia del tabaco:
·   A los 20 minutos después del último cigarrillo. La tensión arterial y la frecuencia cardíaca recuperan sus valores normales. La temperatura de las manos y de los pies aumenta hasta valores normales.
·   Pasadas 8 horas de abstinencia. Los niveles de oxígeno en sangre se normalizan y los niveles de nicotina y monóxido de carbono se reducen a la mitad, disminuye el riesgo de sufrir un ataque cardíaco y si se tiene alguna enfermedad relacionada con el tabaco aumentan las posibilidades de recuperación.
·   Después de 24 horas. Se elimina del cuerpo el monóxido de carbono. Los pulmones comienzan a eliminar mucosidad y otros restos producidos por el consumo del tabaco.
·  A las 48 horas. No queda nicotina en el cuerpo. Las terminaciones nerviosas se acostumbran a la ausencia de nicotina. Mejora la capacidad del gusto y del olfato.
·   A las 72 horas. Resulta más fácil respirar a medida que los bronquios comienzan a relajarse y se incrementa la capacidad pulmonar.
·   Tras 2-3 semanas. Mejora la circulación sanguínea. Disminuye la tos e incluso desaparece. Los pulmones comienzan a trabajar mejor.
·   Desde 3-9 meses. La tos, la fatiga y los problemas respiratorios mejoran debido a que el funcionamiento de los pulmones aumenta hasta un 30%. Aumenta la sensación de bienestar.
·   A los 5 años. El riesgo de morir por enfermedad pulmonar se reduce a la mitad.
·  Al cabo de 10 años. El riesgo de morir de cáncer de pulmón es similar al de los no fumadores y el riesgo de padecer cáncer de boca, laringe, esófago, vejiga, riñón y páncreas o de morir por infarto se equipara al de las personas que nunca han fumado.
El deseo imperioso de fumar cada vez será más esporádico y mucho menos intenso. No pienses en nada que te impida llegar al objetivo marcado. Valora todo lo que hayas conseguido momento a momento y concéntrate tan sólo en superar las ganas de fumar cada vez que se presenten. Habrá momentos de peligro así que nunca bajes la guardia, ármate de recursos y pon a funcionar las alternativas que te permitan afrontar la situación para una vez más salir venciendo al tabaco. Cada vez que lo consigas quédate con lo que te ha resultado útil y eficaz, pues si te ha funcionado una vez puede funcionarte otras. Aprende a relajarte sin cigarrillos, los cigarrillos parece que relajan pero consiguen justo lo contrario, generan mucha ansiedad y muchos problemas físicos y mentales. En cambio una buena técnica de relajación genera mucha satisfacción y aporta muchos beneficios tanto para la salud física como para la salud mental.

Recaer no es fracasar

Es posible que en algunos momentos la idea de mantenerte sin fumar te parezca difícil o imposible. No desesperes pues con un poco de esfuerzo puedes superarlo.
Como ya hemos visto, los deseos imperiosos de fumar serán cada vez menos intensos y aparecerán de forma más espaciada pero nunca bajes la guardia. La mayoría de las recaídas suceden durante los primeros tres meses después de haber dejado de fumar.
Muchas recaídas se deben a un exceso de seguridad, a un exceso de confianza. Cuando hayas superado los primeros días, no pienses que ya está todo ganado, ¡sería un error!. Sigue luchando hasta que el tabaco no te diga nada ni te atraiga como si de un imán se tratara. ¡Dile adiós al cigarrillo y repítelo tantas veces sea necesario!.
Si enciendes un cigarrillo, pensando que será uno y nada más que uno, tienes entre un 80 y un 90% de probabilidades de iniciar una recaída, ¿crees que merece la pena después de lo que ya has conseguido?
También hay que tener en cuenta que las caídas o los errores no suponen un paso atrás. Observa a los niños cuando empiezan a andar: antes de lograrlo, han tenido que caerse muchas veces, es así como todas las personas hemos aprendido a andar con seguridad. Recuérdalo: dejar de fumar es un proceso de aprendizaje. Recaer no es un fracaso definitivo, sino una nueva etapa que te acerca un poco más al objetivo. El número de horas, días, semanas o meses que has estado sin fumar han sido beneficiosos, pero sobre todo te indican que puedes conseguirlo, sólo te falta identificar el porqué volviste a fumar, dónde fallaste y aprender de los errores para salir fortalecido gracias a ellos.
Si somos metódicos en el plan que nos hemos marcado ¡el éxito estará garantizado! y sobre todo si seguimos insistiendo en utilizar y en poner a nuestra disposición el mayor número de recursos y el mayor número de estrategias posible (respiración lenta, relajación, autoinstrucciones, apoyo social, ejercicio físico, mayor consumo de líquidos, técnicas cognitivas…).

¡Nunca olvides!
¡Valorar con orgullo el haber dejado de fumar!
¡No ponerte a prueba ya que no hay nada que demostrar¡ y
¡Mantenerte siempre alerta, recordando siempre que
es fundamental no fumar ni un solo cigarrillo, ni una sola calada!

Reflexiones y preguntas frecuentes

Desde que he dejado de fumar no consigo concentrarme en nada, estoy mucho más alterado
Es un síntoma normal y consecuencia de la dependencia física y psicológica a la que has estado sometido pero remitirá a las pocas semanas de haber dejado los cigarrillos. En muy poco tiempo irás recuperando la funcionalidad perdida y podrás realizar cualquier actividad con mucha mayor facilidad que cuando fumabas, tu cerebro funcionará mucho mejor y tu mente estará mucho más despejada, pues habrás dejado de ser esclavo del tabaco y habrás recuperado tu libertad, por lo que podrás encontrarte mucho más a gusto al no depender del tabaco.
Antes no tosía pero ahora que lo he dejado toso más y me encuentro fatal
También esto es normal pues durante los primeros días y hasta las tres o cuatro primeras semanas, después de haber dejado el tabaco, es normal toser más de lo habitual, también es normal que aparezcan flemas e incluso que moleste la garganta. Estos problemas se deben a que el organismo tiene que autolimpiarse y adaptarse necesariamente a la nueva condición y para ello pone en marcha todo un sistema de autolimpieza destinado a eliminar todos los elementos tóxicos que le hemos ido introduciendo al fumar y que le va a permitir recuperar funciones que, debido al tabaco, había perdido (capacidad respiratoria, olfato, gusto…). Una vez el organismo haya realizado este proceso intensivo de limpieza desaparecerán estos síntomas que son indicativos de que nos estamos recuperando. Es como cuando hacemos una limpieza a fondo en una casa abandonada al polvo durante mucho tiempo, cuando comenzamos a limpiarla no sabemos ni por dónde empezar, se levanta y sale tanto polvo que no podemos respirar, parece que nunca vamos a terminar, que va a ser imposible quitar tanta porquería, todo se pone perdido incluso mucho peor que antes de iniciar la limpieza, parece que manchamos más de lo que limpiamos, pero conforme vamos avanzando y controlando todo va tomando otro cariz hasta alcanzar un estado tan satisfactorio que no nos arrepentimos de haberlo iniciado sino todo lo contrario, nos sentimos tremendamente orgullosos por el resultado obtenido. 
No me está costando ningún esfuerzo; lo estoy consiguiendo sin problemas; me está resultando mucho más fácil de lo que yo pensaba; me encuentro tan a gusto en esta fiesta que, sólo por esta vez, me voy a fumar un cigarrillo pues por uno no pasa nada puesto que yo controlo perfectamente.
No lo hagas. Está genial que no te esté costando ningún esfuerzo, que lo estés consiguiendo sin ningún problema, que te resulte mucho más fácil de lo que tú creías, esto se debe a que estás utilizando unos recursos adecuados pero no te autoengañes ni te confíes, ni te cuentes películas equivocadas, muchas de las recaídas ocurren justamente por este tipo de autoengaños, por ese exceso de confianza, porque nos creemos y nos contamos que por uno no pasa nada. Recuerda siempre que ese cigarrillo supone entre un 80 y un 90% de probabilidades de recaída. Es el punto de partida para volver a fumar, en poco tiempo volverás a permitirte otros “en determinadas situaciones” y terminarás fumando “en cualquier situación” lo mismo que fumabas antes e incluso, si no pones los medios y vuelves a retomar lo iniciado, más. El “NO” tiene que ser para siempre y no ceder nunca ni siquiera por una sola calada.
He vuelto a fumar un cigarrillo, lo he echado todo a perder para qué continuar con el esfuerzo.
Ha sido un error, pero que el error te sirva para aprender de él y no para lamentarte y echar todo tu esfuerzo y todo lo conseguido hasta ese momento por tierra. Aún estás a tiempo y nunca es tarde para volver a intentarlo, tan sólo ha sido un error del que si aprovechas la lección puedes aprender mucho de ello para no volver a cometerlo. El error cometido te ha servido para darte cuenta de lo que no debes hacer. ¡Que un tropiezo no se convierta en un abandono sino en todo lo contrario en seguir luchando para seguir fortaleciéndote en tu lucha por el abandono definitivo!.
Esta vez sí que lo he intentado muy en serio, pero he vuelto a caer, ya estoy fumando como antes
Dejar de fumar es un proceso en el que, al igual que ocurre con otras drogas, se producen recaídas, pero también es un proceso en el que cada intento para abandonar el consumo supone un paso adelante hacia el gran objetivo que te has propuesto, dentro de esa larga escalera es un peldaño ganado, es un peldaño muy pero que muy grande. Si has conseguido estar un tiempo sin fumar (horas, días, semanas), ya sabes que puedes vivir sin tabaco, que puedes hacerlo pues ya lo has demostrado. ¡Que el error te sirva para aprender y para sacar conclusiones que te permitan seguir avanzando! ¡Piensa en qué te equivocaste y vuelve a intentarlo tantas veces sea necesario que al final tú serás el vencedor!
¿Se puede fumar menos?
Rotundamente “NO”, está más que demostrado que resulta mucho más difícil fumar menos que dejarlo definitivamente como muestra el hecho de que ¡la gran mayoría de los que lo han intentado no lo han conseguido!. La nicotina es una sustancia altamente adictiva y por tanto no permite un consumo “controlado” sino todo lo contrario o ¡Todo o nada!. Si has desarrollado dependencia a la nicotina y tienes un determinado patrón de consumo (por ejemplo, fumas 20 cigarrillos/día) es muy difícil que puedas mantenerte fumando 4 ó 5 cigarrillos/día. Esa reducción sólo dura unos días, pero rápidamente vuelves al consumo inicial e incluso más. Seguro que conoces a algunos fumadores que después de estar un tiempo, incluso años, sin fumar, un día en una fiesta (una boda, una cena, un acontecimiento importante) se fuman un cigarrillo y a partir de ahí vuelven rápidamente a convertirse en fumadores. Esto se debe al poder adictivo de la nicotina y es la nicotina, la que “controla” y no la persona. La dependencia física y psicológica adquiridas impiden el autocontrol. Si realmente quieres dejar de fumar, debes tener muy claro que, en general, quienes disminuyen el consumo vuelven a recuperar en muy poco tiempo la misma cantidad de cigarrillos fumados anteriormente, es como si el cerebro intentara recuperar el tiempo perdido. ¡Es mucho más fácil dejarlo por completo que intentar fumar menos! No olvides que el objetivo es dejar de fumar por completo, no te conformes con una disminución, que con muchas probabilidades te conducirán, en poco tiempo, a volver a fumar lo mismo que fumabas antes e incluso más. 
¿Cuánto tiempo tengo que estar sin fumar para poder decir que he dejado de fumar definitivamente?
No hay un plazo establecido para poder decir que has conseguido dejar de fumar definitivamente. Cada día que no fumas has dejado de fumar; cada vez que te apetece pero no lo has hecho, has dejado de fumar; cada vez que te han ofrecido y has dicho no, has dejado de fumar… Se trata de repetirlo y repetirlo hasta que ya no tengas que pensar en ello pues con la repetición el éxito estará garantizado. Los distintos estudios realizados entre miles de personas que han dejado de fumar consideran que se ha conseguido el éxito a partir de los doce meses de abstinencia. Después de ese tiempo, lo más importante es seguir recordando lo fácil que fue iniciar el consumo, lo difícil que fue dejarlo (aunque aparentemente te resultara muy fácil) y los motivos para no volver a fumar jamás. Algunos han vuelto después de años sin fumar pero si analizamos cómo sucedió podemos comprobar que siempre fue de la misma manera “fumando un primer cigarrillo” con este primer permiso vinieron otros y después otros hasta desandar todo lo andado. Por tanto ¡Nunca hay que relajarse por mucho que creamos que ya lo tenemos superado! ¡El volver a comenzar se produce sin apenas darte cuenta! Tras un permiso viene otro y otro y otro… hasta volver otra vez al origen: ¡al consumo inicial! ¡El tabaco atrae demasiado no permitas que te engañe! ¡El tabaco seguirá intentándolo y si él lo hace porqué no tú!
¿Cuánto duran las ganas de fumar?
Las ganas de fumar duran muy poco, apenas unos segundos. En el proceso de dejar de fumar es completamente normal que aparezcan las ganas de fumar y esto cada vez que se dé una situación en la que antes fumabas. Cuando se dé esta situación no debes vivirla como un problema, sino como parte del aprendizaje que debes afrontar. También es normal que te cueste más al principio, pues las ganas de fumar se deben a la dependencia física generada por la nicotina y a la dependencia psicológica producida por el condicionamiento que se ha ido gestando gracias a la continua asociación entre las diferentes situaciones y los cigarrillos fumados. Es importante que sepas que esto ocurre pero también es muy importante que lo controles, lo antes posible, para que las ganas de fumar desaparezcan también lo antes posible. Estas ganas de fumar cada vez serán más distantes hasta que desaparezcan definitivamente. Cada vez que aparezcan piensa en todas las veces que has controlado la situación y que has ganado al no fumar el cigarrillo. Al encontrarnos en un proceso de aprendizaje; cuantas más veces se repita, el hecho de no fumarlo, mejor pues más potenciaremos el descondicionamiento al tabaco. ¡Si lo has conseguido en otras ocasiones también podrás en ésta y en todas las que puedan presentarse! ¡En tu mano está el conseguirlo! ¡Eres tú quien puede ganar la batalla! ¡Una vez iniciado el camino es cuestión de seguir andando hasta llegar a buen término!.
¿Engordaré si dejo de fumar?
No necesariamente. Este aspecto genera mucho temor en muchas de las personas que quieren dejar el tabaco y este miedo, en algunas ocasiones, impide el tomar la decisión. Es cierto que la nicotina quita el apetito debido a diferentes mecanismos, pero no es obligatorio engordar, no todos los que dejan de fumar engordan necesariamente. Se pueden ganar 2 ó 3 kilos, bien por la ausencia de nicotina, bien por la ansiedad producida por el síndrome de abstinencia que te lleva a calmarla comiendo más. No hay que tener ningún miedo pues esto se puede controlar. ¡Que el presente no te impida tomar decisiones, hay que mirar al futuro!
Si aumenta el apetito, recuerda que esto forma parte de la desintoxicación pero también pasará, de ahí que mientras dura, se pueden tomar algunas medidas como: 
·   Comer alimentos con pocas calorías: (frutas, yogures, verduras, frutos secos…) evitando el picoteo a base de galletas, pastas u otros alimentos con alto contenido calórico. 
·  Beber agua abundante: servirá no sólo para no engordar sino también para calmar la sed, para reducir la ansiedad debida a la ausencia de nicotina y para eliminar la nicotina acumulada en tu organismo, además de otras muchas sustancias tóxicas de las que se compone el tabaco. 
· Hacer ejercicio físico: (caminar, subir escaleras, dar paseos, nadar, andar en bicicleta…) el ejercicio no sólo te ayudará a no engordar sino también a encontrarte mucho mejor pues te calmará la ansiedad al potenciar con el ejercicio la producción de serotonina (neurotransmisor que mejora el estado de ánimo, regula el apetito generando saciedad, mejora las funciones cognitivas…) además de liberar adrenalina y opiáceos endógenos que nos permitirán incrementar la sensación de bienestar aliviando con ello los posibles síntomas ansiógenos o depresivos que pudieran aparecer con el síndrome de abstinencia. 
· Practicar la relajación: tanto a través de la respiración profunda (inspirar lentamente por la nariz, mantener y expirar lentamente por la boca) como a través de la relajación muscular progresiva (trabajamos diferentes zonas musculares para aprender a discriminar fácil y voluntariamente tensión-relajación como elementos opuestos e incompatibles). Con la relajación aportaremos no sólo oxígeno sino que ayudaremos al organismo a limpiar la nicotina que contiene, además de controlar y vencer la ansiedad.
El beneficio que supone no fumar no se puede comparar con los muchísimos inconvenientes que pueden derivarse de fumar y desde luego la ganancia de peso supone el menor de los problemas. Los inconvenientes son muchos y difícilmente controlables pero la ganancia de peso es algo que sí podemos controlar, simplemente vigilando la dieta y haciendo ejercicio físico. También las técnicas cognitivas de autocontrol pueden ayudar mucho para que el recorrido por el camino elegido resulte más fácil.
 
¿Los puros son menos peligrosos?
Rotundamente NO. Cualquier forma de consumir tabaco es adictiva y peligrosa. Hay fumadores que dejan de fumar cigarrillos y después de un tiempo comienzan a fumar puros, o puritos, o cualquier otro tipo de cigarrillos, creyendo que es diferente y que así van a fumar menos. En todos los casos se ha visto que terminan fumando tanto como antes, pues también los puritos producen adicción aunque, aparentemente, no se inhale tan profundamente el humo. El humo del puro, al tener un grado de acidez diferente, se absorbe directamente a través de la mucosa bucal, por lo que no hace falta inhalarlo tan profundamente como el del cigarrillo, también hay que tener en cuenta que el humo se mantiene durante más tiempo en la boca, con lo que aumenta la incidencia de cáncer de boca o cualquier otra patología buco-dental. Algunos fumadores piensan que los puros son más inofensivos porque no se tragan el humo, en realidad no necesitan tragarlo porque todos los elementos patógenos se absorben directamente a través de la mucosa de la boca. Tampoco hay que olvidar que la dependencia psicológica es mucho más difícil de combatir que la física, de ahí que el puro no contribuya en absoluto a eliminarla.

Podríamos continuar argumentando dudas, reflexiones o preguntas sobre todo aquello que se nos pueda ocurrir pero hay algo que es fundamental y que nunca debemos obviar:

¡Buscar soluciones y alternativas que nos ayuden a dejar de fumar y
en consecuencia a controlar nuestra vida!

Valorar y no sucumbir a las ¡Fantasías del “Yo Controlo”!

Recuerda valorar siempre lo que estás consiguiendo gracias a tu esfuerzo y no sucumbir a las ¡fantasías del “Yo Controlo”!
Si valoras lo que estás consiguiendo gracias a tu esfuerzo podrás comprobar que no todo son dificultades. Es cierto que durante un tiempo tendrás que estar muy alerta para no retroceder lo andado, que tendrás que exponerte y afrontar situaciones difíciles, que experimentarás malestar y ansiedad por dejar de fumar en situaciones en las que lo has hecho durante tanto tiempo pero también habrá otras muchas en las que te sientas muy pero que muy orgulloso por haber plantado cara a algo que te tenía esclavizado y controlado sin que tú pudieras decidir por ti mismo. Y lo más importante: podrás comprobar cómo poco a poco va perdiendo fuerza el tabaco y, conforme la va perdiendo el tabaco, la vas ganando tú.
Desde que tomaste la decisión de dejar el tabaco has aprendido a superar situaciones que parecían insuperables. Has aprendido a controlar una adicción, has aprendido a utilizar unos recursos, unas estrategias y unas habilidades que pueden venirte muy bien cuando se presenten otras dificultades en tu vida. Ante estas dificultades hay que tener siempre muy claro que el fumar un cigarrillo no te las va a resolver, sino que muy por el contrario el fumar un cigarrillo, tras unos meses sin consumir, te traerá más problemas que satisfacciones.
Hay que estar siempre muy alerta para no ceder nunca a las ¡fantasías de control¡ Las tiene todo fumador y “ojo porque son muy traicioneras”. Son autoengaños, excusas inconscientes para volver a fumar, pequeños permisos a los que atribuimos control… pero son muy peligrosas. Debemos estar muy alertas y aprender a identificarlas y a cortarlas lo antes posible. Frases como: “Por uno no pasa nada” “Va, por una caladita qué puede pasar” “Que yo controlo, sólo un cigarrillo, sólo esta vez” “Qué bien me sentaría ahora un cigarrillo” “En estas situaciones es cuando más lo echo en falta” “Es insoportable, no puedo más, sólo uno” “Estoy muy nervioso, si fumo uno me relajaré, sólo por esta vez”… ¡Ojo, son muchos los cigarrillos que has fumado, muchas las caladas dadas, por eso no te dejes engañar! ¡Estar siempre alerta hará que puedas superar con éxito el hábito adquirido, después de tantos cigarrillos consumidos!
Todos estos automensajes son excusas que pueden destruir todo lo conseguido, si no las cortas lo antes posible. En su lugar puedes utilizar mensajes que contradigan esas creencias erróneas, que generen fortaleza y muestren la realidad. Mensajes como: “Si fumo una calada, me encontraré mucho peor” “Si fumo una calada, puedo recaer” “Si fumo un cigarrillo tengo que volver a empezar y no estoy por la labor, ya he llegado muy lejos” “He conseguido mucho hasta ahora, para qué fastidiar lo logrado” “Voy a seguir luchando” “Voy ser capaz de aguantar, sólo serán unos segundos, ya pasará” “Puedo seguir sin fumar, ya lo he hecho muchas veces” “Quiero vivir sin ser esclavo” “Quiero ser el dueño de mis actos”… Utiliza cualquier automensaje que te resulte útil ¡Ya tienes práctica en ello! ¡Se trata de mentalizarte, mentalizarte y ponerlo en práctica!

Nunca debes olvidar:

ü ¡Que dejar de fumar y mantenerse sin fumar se puede conseguir y, por supuesto si nos empeñamos con todas nuestras fuerzas, no hay porqué recaer!
ü Por muy fuerte que sea tu dependencia, las ganas de fumar nunca serán eternas!
ü ¡Los malos momentos serán cada vez menos intensos y se presentarán de forma cada vez más espaciada hasta desaparecer al cabo de poco tiempo!
ü ¡Las recaídas en el proceso de dejar de fumar pueden ser frecuentes, pero se pueden prevenir y mucho más cuando manejamos las alternativas más adecuadas!
ü ¡Que las recaídas, si las hubiera, te sirvan para aprender de los errores y nunca para lamentarte o abandonar el objetivo!
ü ¡No podemos pedir a los demás que realicen algo cuando nosotros no somos capaces de dar ejemplo con nuestros actos!
ü ¡En tu caso, el hecho de pensar en dejar el tabaco es una decisión muy pero que muy importante, que merece la pena y que puede servir de ejemplo a los que te rodean!

Y sobre todo: ¡Porque tú mereces la pena 

Y por último decir:
¡Ánimo que cuando nos lo proponemos, con todas nuestras fuerzas, no hay droga que se nos resista por muy duro y difícil que nos resulte el dejarla o por muchos tropiezos que tengamos durante el recorrido!

¡El esfuerzo habrá merecido la pena! y ¡Finalmente habremos ganado la batalla!


Bibliografía

American Psychiatric Association: Directrices para la práctica clínica en el tratamiento de pacientes con dependencia de nicotina. EDIKA MED. Barcelona. 1997.
Barrueco M, Hernández MA, Torrecilla M.: Manual de prevención y tratamiento del tabaquismo, 2ª ed. Majadahonda, Madrid: Ergón; 2003.
Bastida de Miguel, Ana Mª: http://bastidademiguel.blogspot.com.es
Bastida de Miguel, Ana Mª: Aprender a relajar es invertir en salud: Programa para su aprendizaje y puesta en práctica. http://www.psicologia-online.com/autoayuda/aprender-a-relajar/
Bastida de Miguel, Ana Mª: Estrés, ansiedad, recopilación de síntomas y alternativas psicoterapéuticas. http://www.psicologia-online.com/autoayuda/estres-ansiedad/
Bastida de Miguel, Ana Mª: Pensamiento positivo, emociones, comportamiento y salud. http://www.psicologia-online.com/autoayuda/articulos/2011/pensamiento-positivo-emociones-comportamiento-y-salud.html
Becoña E, Córdoba R, Diaz-Maroto JL, Lopez V, Jimenez Ruiz C, Planchuelo MA et al.: Guía de procedimientos para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Comité nacional para la prevención del Tabaquismo ( CNPT). Madrid, 2001.
Becoña E, Vázquez FL.: Tratamiento del tabaquismo. Dykinson SL; 1998.
Becoña, E.: Guía clínica para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Socidrogalcohol, 2004.
Becoña, E.: Libro blanco sobre el tabaquismo en España. Madrid: Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo/Barcelona, Glosa Ediciones; 1998.
Becoña, E.: Tratamiento psicológico del tabaquismo. Adicciones 2004b; 16 (Supl. 2), 237-263.
Jiménez-Ruiz CA, de Granda Orive JI, Solano Reina S, Carrión Valero F, Romero Palacios P, Barrueco Ferrero M.: Recomendaciones para el tratamiento del tabaquismo. Arch Bronconeumol 2003; 39: 514-523.
Jiménez CA, Fagerström, KO.: Manual práctico de la terapia sustitutiva con nicotina en el tratamiento del tabaquismo. Barcelona: Novartis; 2000.
Marín DT, González JQ.: El tabaquismo como drogodependencia. En: Iglesias EB, compilador. Libro blanco sobre el tabaquismo en España. Barcelona: Glosa; 1998. p. 89-109.
Miller WR, Rollnick S.: La entrevista motivacional. Barcelona: Paidós; 1999.
Pardel H., Saltó E.: Bene­ficios de dejar de fumar. Adicciones 2004; vol. 16, supl. 2: 131-142.
Plan de Prevención y Tratamiento de Tabaquismo de Castilla La Mancha 2003-2010.
Salvador, T.: Tabaquismo. Madrid: Aguilar; 1996.
Villalbí JR, Ariza C.: El tabaquismo en España: Situación actual y perspectivas para el movimiento de prevención. Barcelona: SESPAS, Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo; 2000.

Páginas WEB donde podemos obtener más información
Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo: www.cnpt.es
Ministerio de Sanidad y Consumo: www.msc.es
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad: www.msssi.gob.es
Organización Mundial de la Salud: www.who.org
Sociedad Científica Española de Estudios del Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías, Socidrogalcohol, www.socidrogalcohol.org
Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo, SEDET: www.sedet.es
En compañía: www.atenciontabaquismo.com

-->
google.com, pub-7750569254477891, DIRECT, f08c47fec0942fa0

Más artículos