Los jugadores patológicos padecen aislamiento, irritabilidad, depresión y tendencias suicidas; dos millones de familias ven su patrimonio afectado cada año por pérdidas en apuestas.
Depresión, ansiedad, alcoholismo, drogadicción, pérdida de control sobre sus finanzas personales y recurrentes tendencias suicidas, son parte de la problemática que enfrentan los jugadores compulsivos o ludópatas, trastorno psiquiátrico vinculado al control de los impulsos que afecta a la población entre 25 y 35 años de edad, principalmente.
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